El Ejército de Malí se ha retirado de la base de Boulkessi, objetivo recurrente de los ataques de la filial de Al Qaeda en el Sahel, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM).
El campamento militar ha quedado desierto, con vehículos militares abandonados, tiendas de campaña y algunos suministros de alimentación, según informa la emisora RFI.
La base, de varias hectáreas de extensión, ha sido atacada por los yihadistas dos veces en dos días. El primer ataque protagonizado por asaltantes fuertemente armados se tradujo en decenas de muertes. En el segundo, los yihadistas emplearon drones y después de marcharse llegó un contingente militar para apoyar la retirada de las fuerzas que aún quedaban en el lugar.
Fuentes militares hablan de una « retirada estratégica » pese al evidente aumento de las acciones del JNIM en el norte, centro y sur de Malí en las últimas semanas.
Oficialmente, las Fuerzas Armadas están « logrando resultados significativos ». « Hemos desmantelado células infiltradas en algunas ciudades importantes, hemos arrestado a numerosos cómplices y otros siguen bajo vigilancia », reza un comunicado publicado el sábado en su perfil de la red social Facebook.
Las Fuerzas Armadas malienses (FAMa) han asegurado que han podido « frustrar varios complots y planes de atentados terroristas, cuyo objetivo era sembrar el pánico entre la población y desestabilizar las instituciones » del país africano. Además, ha enumerado las últimas operaciones terrestres y aéreas, entre las que se incluye la destrucción de varias bases logísticas utilizadas para preparar atentados.
Malí se encuentra en la actualidad dirigido por una junta militar instaurada tras los golpes de Estado perpetrados en agosto de 2020 y mayo de 2021, ambos encabezados por Assimi Goita, actual presidente de transición, que ha protagonizado un acercamiento con Rusia desde su llegada al poder, distanciándose tanto de Francia como de los gobiernos occidentales.
En este contexto, Bamako se ha salido de las filas de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) junto a las juntas militares de Burkina Faso y Níger –instauradas también a raíz de varias asonadas durante los últimos años–, con las que ha creado la AES. Durante las últimas semanas se ha registrado un repunte de los atentados contra los tres países por parte de grupos vinculados a Al Qaeda y Estado Islámico.